jueves, 2 de julio de 2015

Crítica teatral: “Lácudra, el vampiro”.

No todo lo infantil tiene que ser colorido y aniñado. También se les puede ofrecer teatro bien actuado y con una historia correlativa a la cual prestar atención. Y en todo esto, reside la magia de “Lácruda, el vampiro”. Obra realizada por el grupo “La Pared Invisible”, en la cual cuentan la historia del Conde de Drácula.

Versionada y dirigida por Cristian Vélez, la obra brilla por su intensidad constante. Nunca decae y siempre propone dentro de la misma historia, ingredientes diferentes, como teatro negro, canciones cantadas en vivo, coreografías, chacareras y cumbias. Ellos no paran a lo largo de sus sesenta minutos y la platea infantil no se distrae por un segundo. Un pacto que nunca se rompe.

El diseño de la escenografía representa fielmente lo que puede ser un castillo, con la certeza de utilizar los pasillos de la platea como parte del bosque. Un carro a un costado, es el contrapunto para una obra que va y viene en los espacios. Esto es para destacar de su director.


Con un elenco homogéneo, donde todos se lucen por igual, el vestuario también logra su cometido. Un impecable Lácudra sobresale la escena, quien con sus latiguillos e ironías, también cautiva a los mayores.


Una propuesta diferente y audaz, para estas vacaciones de invierno que se acercan. Muy recomendable.


“Lácudra, el vampiro” se presenta todos los sábados y domingos a las 16hs (En vacaciones de invierno, de martes a domingos 16 hs), en la Sala Carlos Carella, Bartolomé Mitre 970. Teléfonos: 4345-2774. Entradas a $60.


Por Axel Serrano
@estaenbaires



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