martes, 29 de mayo de 2018

Crítica teatral: “Preciosa ridiculez”

Pancho Medina Cueces hace todo. Una parodia irreverente al actual teatro independiente, en el cual por un poco de vanidad y otro poco por faltas de recursos, los protagonistas, terminan haciendo casi todo. Pero acá, su director, dramaturgo y actor principal, se cree un afortunado del arte. Nos recibe ya en la boletería, mezclando realidad con ficción y nos obliga a leer su programa, donde explica su supuesta genialidad.

“Preciosa ridiculez” es teatro off del más cruel y laborioso. Nadie que se sumerja en él, podrá decir que hay un espacio a la improvisación. Todo parece estar supeditado al mapa y a la brújula de su real directora y dramaturga, Gina Piccirilli.

“Preciosa ridiculez” está protagonizada por Dante Iemma, quien sobresale en el rol de Pancho Medina Cueces. Lo debaten e increpan de muy buena manera, Solange Verina, Marina Wein, Facundo Martín y Patricia Cugat. Un poco más atrás, no por talento sino por tiempo de libreto, emergen Sebastián Urban, Adrián Molteni y Rafa Ocampos.

Con “Preciosa ridiculez”, su directora Gina Piccirilli asombra como hizo en su momento con “Yo me lo guiso, yo me lo como”, obra que aún se encuentra en cartel en el mismo teatro, El Damero.

Un detallado trabajo de iluminación, vestuario sobre todo y escenografía, para que con una alfombra roja al estilo Almodóvar y dos cubos, nos represente un teatro a medio llenar.

En “Preciosa ridiculez” hay pasos de comedia y momentos épicos en lo que respecta a lo teatral, como cuando llega el momento del baile, donde todos los integrantes del espacio entran en juego. Sin molestar a los espectadores, pero haciéndolos partícipe de semejante bochorno, es un momento clave. Bien logrado, con timing y espacio.

Una obra recomendable, con actuaciones sobresalientes, con la actriz Solange Verina que brilló en televisión hace unos años y que sostiene a puros gestos, su maestría actoral. Entretenida y detallista, para disfrutar del teatro bien realizado.

Todos los sábados a las 21hs., en el teatro El Damero, Deán Funes 506, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. Reservas: 2060-2278 o por Alternativa Teatral. Costo de entrada: $250 (Descuentos para estudiantes y jubilados $220).

Por Axel Serrano.

domingo, 20 de mayo de 2018

Crítica teatral: “El secreto libre”


Mientras en Argentina, algunos ciudadanos se molestan en averiguar si fueron treinta mil los desaparecidos, existen artistas que proponen crear y encontrar arte, donde hubo solo sufrimiento, violencia y pena. Porque “El secreto libre” es una obra que transita aquella nefasta época, para contarnos cómo un hombre y una mujer se enamoran estando encerrados.

Parece una historia como traída de los pelos e inverosímil, hasta que nos damos cuenta que fue real. Y ésta, tanto como otras, por ejemplo de amor entre la hija de un militar y el detenido, se fueron sucediendo a medida que pasaban los hechos.

“El secreto libre” es una propuesta audaz. Es una provocaión artística de Charlie Gerbaldo, quien no solo no camina los lugares comunes de este episodio, sino que nos da vuelta la taba. Muestra el sufrimiento, nos relata los momentos de opresión, pero con una luz de ilusión. 

Charlie Gerbaldo escribió, dirige y protagoniza esta obra, junto a Javier Rosón en el dirección y Alexandra Geoffroy, Dalila Ferreyra y la cantante Luli Rösler, en la actuación. Su asistente de dirección es Victoria Soriano, la hija del inmenso Pepe Soriano. Un staff que demuestra en cada segundo que pasa de la obra, saber lo que están haciendo. Ellos emocionan siempre.

“El secreto libre” arranca como si fuese una obra que romperá todos los niveles de emociones, aunque en el final se pierde un poco. Su epílogo, nos da un giro de todo, de emociones también. No se contradice, pero no coincide con todo lo anterior sentido. Una intención claramente del director para mostrarnos que no todo es el abismo. Nos saca un poco de clima, aunque una vez finalizada, nos queda a flor de piel todo lo sentido en primer término.

“El secreto libre” es una obra obligatoria para entender el pasado y no repetirlo. Para entender que hasta en el peores de los infiernos, un germen del amor puede florecer si es fuerte. 

Provenientes del teatro ciego, tanto Charlie Gerbaldo como Javier Rosón, sus directores, con "El secreto libre” tienen un argumento para sentirse más que orgullosos.

Todos los martes a las 21hs., en el teatro El Tinglado, Mario Bravo 948, C.A.B.A., Argentina. Reservas: 4863-1188. Costo entrada: $300 (Descuentos a estudiantes y jubilados $250). Más info: www.teatroeltinglado.com.ar

Por Axel Serrano.

jueves, 10 de mayo de 2018

La trilogía "Chicos..." de Gabriel Gavila llega a su fin con su show más grande.



“Chicos feos 2” es el final de tu trilogía… ¿Qué verá el espectador en esta versión final final?
La trilogía está compuesta por "Chicos Lindos", "Chicos Malos" y "Chicos Feos" que se divide en dos episodios : "Chicos Feos" VOL 1 ( íntimo ) que está basada íntegramente en mi vida y "Chicos Feos" Vol. 2 ( show ) que podría decirse es un compendio de toda la saga. Es el show más grande y más completo, con más elenco y sobre todo, con más trabajo. Esta saga fue catártica y el hecho de escribirla, dirigirla, y ahora actuarla, me ha producido un sentimiento de liberación respecto a la opresión que he podido sentir en mi vida durante mucho tiempo. Con este final me di cuenta que mi desafío fue encontrar el hilo conductor. La conexión es gente que quiere y necesita contar intimidades y siente placer cuando eso sucede. Es un hilo conductor subyacente, más temático y energético que narrativo. Hay individuos que aguantan m{as la presión, así que les resulta más lógico reprimirse. Nosotros no, necesitamos gritar nuestra verdad, cantarla, exponerla. "Chicos Feos" Vol. 2 ( show ) es eso, un grito desgarrado y verdadero sobre lo que somos y quienes somos.

Tenés en cartel también “Chicos malos” que sería la segunda obra de este triángulo. ¿Tiene una cronología o se pueden ver sin orden?
Se pueden ver todas por separado, no hay una cronología ni conexión argumental. Están unidas desde lo conceptual. Si me encargué de llenarlas de referencias personales e easter eggs. Un easter egg o huevo de pascua es un mensaje o capacidad oculta contenido en películas, discos compactos, DVD, Blu-ray, programas informáticos o videojuegos. Están muy de moda en las películas de Superhéroes (Universo Cinematográfico de Marvel o DC) que también se plantean como sagas y por eso tomé ese concepto. Cada obra hace referencia a la otra, desde momentos evidentes hasta pequeños, casi imperceptibles, guiños. Me resulta divertido si alguien los encuentra y si no sucede me divierte que estén ahí ocultos frente a los ojos de todos.

¿Para los que no lo vieron, qué verá el espectador en “Chicos malos”?
Quien me conozca y haya visto mi show “Improvisa2” o mi espectáculo “Dillinger”, jamás podrá sospechar que “Chicos malos” es lo que realmente soy. Y más allá de la urticante dramaturgia y puntillosa dirección, el manejo de la estética de los cuerpos es lo que realmente sobresale de toda la apuesta. La obra cuenta el momento en que un grupo de chicos comienza a interactuar entre sí, con el objetivo de cautivar al público. “Chicos malos” tiene un guión alterado, una historia rota, diálogos esporádicos, monólogos breves y una interacción tácita conmigo, que de forma omnipresente, manejo los hilos de estos títeres, esculpidos casi a la perfección por el Dios del gimnasio y las proteínas.
“Chicos malos” es la mitad de una trilogía que arrancó en el año 2014 con “Chicos lindos” y que ahora está terminando.En “Chicos malos” hay poco vestuario, solo unas mallas doradas con la que los chicos se presentan, pero una iluminación sublime, acompañada de una música que nos endulza auditivamente lo que vemos. Mucha piel, mucha tensión erótica, mucha razón en sus ideas y conceptos y por sobre todo, el riesgo asumido de mostrar una marea de cuerpos de forma coherente y segura.

¿Cuál creés que es la clave para que tu público se sienta tan identificado?, según los posteos que hacés en tus redes…
Sucede algo muy interesante y es que la gente viene con mucho prejuicio o "engañada" creyendo que son espectáculos banales. Con el avance de la saga y la profundidad de cada montaje logramos derribar esos prejuicios. Es común escuchar a la salida: “¡Ah, pero está buena la obra!”, “Che, me dejó pensando” o “Me sensibilizó”. Y eso me llena el alma.

Más allá de “Chicos…”, seguís siendo parte vital de “Improvisa2” que como dicen las gacetillas, festejan sus 15 años en escena. ¿Qué representa para vos eso?
Básicamente creo que representa mi consolidación como actor. Improvisa2 me hizo crecer y constituirme como profesional del teatro. La enorme cantidad de público que cosechamos después de tantos años es una de las cosas que mas rescato del show. Nuestro público está lleno de energía, de sueños, de expectativas, de ganas… siempre están deseosos de ver historias nuevas, de aprender, de conocer, de sorprenderse. Y por eso trabajamos arduamente para complacer esas exigencias. Avanzamos a pura prepotencia de trabajo, amamos lo que hacemos y construimos un universo maravilloso que es Improvisa2 y nos preparamos diariamente para darle lo mejor al show. Somos incansables trabajadores de la escena, somos apasionados pero sobre todas las cosas sabemos lo que hacemos. En una época donde todo el mundo hace por hacer nosotros creemos firmemente en nuestro trabajo. Lo de improvisados quedó en el título.

Sos docente de improvisación... ¿Qué encuentran tus alumnos en esta disciplina y que le suma esta herramienta a la profesión del actor?
Primero cabe aclarar que no es necesario ser actor, ni estudiante de actuación, ni artista para tomar clases de impro. La improvisación teatral es considerada una técnica escénica de larga data, encontrando sus raíces en la Comedia del Arte, para luego ser sistematizada como técnica a partir de la experimentación de importantes maestros como Viola Spolin, Keith Johnstone, Robert Gravel e Yvon Leduc, entre otros.En esta técnica, se desempeña simultáneamente un triple rol: es actor, director y dramaturgo, y se basa en tres reglas esenciales, como son la aceptación, la adaptación y la escucha. La impro enriquece tanto la formación del actor, como también a personas de otros ámbitos sin experiencia teatral.
Como todo lenguaje, hay que incorporarlo y comprender sus reglas (Sí, en impro hay reglas…). Inclusive, es un lenguaje nuevo para actores con vasta experiencia; en este sentido la práctica de la técnica de impro se convertirá también en un gran entrenamiento para actores, ampliando su espectro de posibilidades.

¿Finalizado “Chicos…”, con qué continúa tu profesión?
La segunda mitad del año es de reposiciones: Vuelven "Chicos Feos" VOL. 1 (íntimo ) y "Ritmos Latinos" junto a la Improvisa2. Luego estreno "Los Enfermos" una nueva saga teatral basada en la salud, el dinero y el amor. Y seguir escribiendo, ensayando, haciendo funciones, dando clases y todo lo que haga feliz. Elegí esta profesión porque me hace feliz y no pienso desviarme de ese objetivo.



"Chicos feos" Vol II (Show) está escrita, dirigida y protagonizada por Gabriel Gavila. Con Wolf, Marcelo Salas, Lior Telezon, Leandro Sturla, Javier Roldán, Gonzalo Cetraro, Gonzalo Bourren, Gerónimo Campese, Federico Sorrentino, Emmanuel Martinez y Adro Verbén.
Desde el 11 de mayo, todos los viernes a las 23hs., en el Espacio Artístico “La Sodería”, Vidal 2549, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. Reservas: 4543-1728. Costo de entrada: $300. Más info: chicosfeosteatro@gmail.com

Por Axel Serrano.

martes, 1 de mayo de 2018

Dante Iemma, protagoniza “Preciosa ridiculez” en el teatro El Damero.


Todo lo que sucede en Buenos Aires, merece ser destacado. Por eso inauguramos en esta web, los reportajes a sus verdaderos protagonistas. Aquellos que ponen el alma para que las cosas ocurran. Aquí, en este Moliere modelo 2018, encontramos a un actor de gran recorrido en el teatro alternativo. Multifacético en sus personajes, Dante Iemma se embarca en esta nueva versión de Moliere bajo la dirección de Gina Piccirilli, luego de su paso por la comedia negra de Claudio Gotbeter. Un obrero del arte, que pone su cuerpo en función de la expresión, la comedia, el llanto y el desparpajo. “Está en Buenos Aires” habló con él.

¿Cómo llegaste a la obra “Preciosa ridiculez” y qué te sorprendió del texto y de la dirección de Gina Piccirilli?
Llegué por un casting que me recomendó un amigo. Del texto me sorprendió la buena adaptacíón de un Moliere que ya conocía. De Gina fundamentalmente su profesionalismo, que me lo demostró el primer día, donde entré al ensayo y se ensayó hasta que nos fuimos del mismo. Así siempre. Sin pérdida de tiempo. Eso lo valoro un montón

En  “Preciosa ridiculez” sos Pancho Medina Cueces. Qué nos podés contar sobre este inquieto personaje.
Mucho. Me encanta hacerlo. Me regocijo en este director creído, egocéntrico y que provoca por lo visto hasta ahora cierta incomodidad en el público por su soberbia. Me divierte cada vez más.

¿De tu primera obra teatral “El vértigo”, qué recordás?
Ya conté alguna vez que mi primera obra no es “El vértigo”. Alternativa Teatral no existía cuando yo debuté en 1981 en teatro (mucha diferencia de tiempo, no?). Pasa que nunca lo actualizo, tengo que hacerlo. Los actores creo, que estamos siempre buscando el crecimiento artístico. El cambio más importante es trabajar cada vez más con directores de mucha exigencia, eso me exige a mí a estar aggiornado siempre.

¿Qué te acercó al teatro y qué nos podés contar de tu vida vinculada a la actuación?
Mis padres fueron actores. Cuando yo nací, siendo el tercero de cuatro hermanos, ya habían abandonado el teatro pero siempre mi madre recitaba en reuniones de amigos o familiares.
De niño y adolescente era muy tímido pero hacía mi show que era variado y después pasaba la gorra, que lo hacía sin mirar a los ojos del otro porque me daba vergüenza pero no dejaba de hacerlo. En mi adolescencia, el cine fue una influencia muy grande, no de verlo sino de hacerlo, tenía una filmadora que en esa época, años 70 y 80, no era común como lo es ahora, y hacía mis documentales familiares y con amigos, de los cuales me gustaba dirigirlos. Podría contar mucho sobre esa época.

¿Quiénes fueron tus influencias y lo siguen siendo?
Cuando me estaba formando en los 80, influenciaban en mi los actores de cine como Robert De Niro y Dustin Hoffman. Hoy, sólo mis compañeros y amigos de teatro, verlos crecer hace que yo crezca también. Es una carrera complicada y muchos talentos que conocí fueron dejando este hermoso arte por no poderse sostener económicamente.

¿Vivís del teatro?
Vivo de mis clases particulares y como docente  teatral en un centro cultural del estado. El teatro para el actor es un extra en todo caso, pocos viven del teatro, sí de la televisión o la publicidad y hasta ahí.

¿Cuáles son tus sueños dentro de la actuación?
Tengo dos etapas muy importantes dentro de mi trayectoria teatral de treinta y pico de años.
La primera de transitar por personajes trágicos y dramáticos como “Pericles, Príncipe de tiro”, “Prometeo encadenado”, etc. Y la segunda de hacer todo tipo de comedias, vodeviles, comedia brillante y comedia negra. Mi sueño es poder alternar más equitativamente, justamente las dos máscaras del teatro  y no encasillarme y que sigan pasando por mi vida directores de talento de los que pueda seguir aprendiendo.





“Preciosa ridiculez” está dirigida por Gina Piccirilli y protagonizada por Solange Verina, Marina Wein, Dante Iemma, Facu Martín, Sebastián Urban, Adrián Molteni, Rafa Ocampo y Stella Maris Papalia. Todos los sábados a las 21hs., en el teatro El Damero, Deán Funes 506, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. Reservas: 2060-2278 o por Alternativa Teatral. Costo de entrada: $250 (Descuentos para estudiantes y jubilados $220).
Por Axel Serrano.