jueves, 15 de junio de 2017

Crítica teatral: “La mesa de los galanes”

La pluma de Roberto Fontanarrosa todo lo puede. Porque nadie se ofende y apunta contra todos, mujeres, hombres, casados, solteros, ganadores y perdedores. Así están ellos cuatro, amigos del barrio o de vaya uno a saber dónde, hablando de sus problemas. De galanes, poco; de parlanchines, todo. Y gesticulan, vomitan ideas, reflexionan y añoran lo que nunca fueron. Miguelito interpretado por Jorge Gabo Pereyra está haciendo cuentas en una mesa de un bar y llega su amigo Sordo papel realizado por Federico Taramasco. Antes, Natalia Coquibus, la musa o la galana como le dicen ellos, canta dos tangos, “Que tango hay que cantar” y “Como dos extraños”. La obra comienza de la mejor forma.

A estos dos viejos conocidos, los terceriza el Francés -Marcelo Fernández-, tal vez el personaje más logrado, pero hablando en un nivel superlativo de comicidad. Con sus anécdotas de su paso por Estados Unidos, más precisamente Disney, hace reír a toda la platea. Al rato, avanzada la obra, aparece Olivetti, realizado por Daniel Coquibus, que muestra la tristeza porque su mujer lo sacó de la casa en la que estaba de okupa y ni siquiera cumplía con lo básico del amor.

“La mesa de los galanes” es una comedia pura, de chistes veloces, ironías varias y guiños con el pasado que cada espectador tuvo con respecto al amor. Habla sobre las mujeres y los hombres, pero dejando en claro el rol primate del hombre y lo sofisticado de la mujer. La vida misma.

Con un escenario que se limita a una mesa de un bar, un servilletero de Coca Cola y la habilidad y destreza de sus protagonistas para que el espacio parezca un bar, la obra resulta contundente. Así lo marca las carcajadas espontaneas y la risas constantes de la mayoría de los presentes.

Sobre el final, para darle una conclusión e a todo, entra en escena el hombre que cierra el círculo, momento brillante de Rodolfo Oreiro quien como Tessone, pone tensión, nerviosismo y absurdo al epílogo.

“La mesa de los galanes” cierra nuevamente con la cantante Natalia Coquibus, que vestida de gala, entona el último tango, mientras estos cuatro amigazos del cafetín, brindan por todo lo que no pudieron resolver en esa hora de amistad.


El jueves 22 de junio a las 21hs., en el Teatro Chacarerean, Nicaragua 5565, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Reservas: 4775-9010. Costo entrada: $200.
 

Por Axel Serrano.

1 comentario: