domingo, 25 de junio de 2017

Crítica teatral: "Chicos feos" Volumen I (íntimo)


Falso unipersonal de Gabriel Gavila, quien con su antagonista José Giménez Zapiola, hace una sutil cronología de su vida sentimental y profesional. Poco podría importarnos la vida de un actor que no es record de taquilla o que no empapela las portadas de revistas con su cara, pero cualquiera del público podría sentirse identificado con él. Con humor, con nostalgia, con dosis de derrota y varias victorias, Gabriel Gavila, para muchos el integrante de Improvisa2, para otros el director de sus anteriores “Chicos lindos” y “Chicos malos”, para los menos, el protagonista de “Chicos feos” volumen I (intimo), sublima talento en el pequeño espacio del Polonia.

Aparentado al teatro desde chico, Gabriel Gavila nos lleva por sus primeros años donde descubrimos que iba al predio de Racing Club a hacer deporte y los domingos a su cancha por ser de la zona. Que hizo muchas actividades hasta descubrir que el teatro era su verdadera ocasión. Y de ahí, inmediatamente a su despertar sexual, con detalles que asombran.

Con música, con monólogos y performances, Gavila recurre a su pareja escénica para contar todo de forma más ágil. Y expone sus miserias en las perfecciones de su contrincante. Lo que su autor y director es a la humildad y al sincericidio, José Giménez Zapiola es a la soberbia entendible. 

 El final emotivo por demás, muestra la esencia de Gabriel Gavila, mientras gran parte de la platea, acompaña con lágrimas en los ojos. La versión más cruda de quien horas después de la función, hace descostillar de risa a caballo del efectivo grupo que también protagoniza, Improvisa2. Muy recomendable.

Todos los sábados a las 20:30hs., en el teatro Espacio Polonia, Fitz Roy 1477, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. Reservas: 3965-9549. Costo de entrada: $150 (descuentos a estudiantes y jubilados $120). Más info: chicosfeosteatro@gmail.com

Por Axel Serrano.






jueves, 15 de junio de 2017

Crítica teatral: “La mesa de los galanes”

La pluma de Roberto Fontanarrosa todo lo puede. Porque nadie se ofende y apunta contra todos, mujeres, hombres, casados, solteros, ganadores y perdedores. Así están ellos cuatro, amigos del barrio o de vaya uno a saber dónde, hablando de sus problemas. De galanes, poco; de parlanchines, todo. Y gesticulan, vomitan ideas, reflexionan y añoran lo que nunca fueron. Miguelito interpretado por Jorge Gabo Pereyra está haciendo cuentas en una mesa de un bar y llega su amigo Sordo papel realizado por Federico Taramasco. Antes, Natalia Coquibus, la musa o la galana como le dicen ellos, canta dos tangos, “Que tango hay que cantar” y “Como dos extraños”. La obra comienza de la mejor forma.

A estos dos viejos conocidos, los terceriza el Francés -Marcelo Fernández-, tal vez el personaje más logrado, pero hablando en un nivel superlativo de comicidad. Con sus anécdotas de su paso por Estados Unidos, más precisamente Disney, hace reír a toda la platea. Al rato, avanzada la obra, aparece Olivetti, realizado por Daniel Coquibus, que muestra la tristeza porque su mujer lo sacó de la casa en la que estaba de okupa y ni siquiera cumplía con lo básico del amor.

“La mesa de los galanes” es una comedia pura, de chistes veloces, ironías varias y guiños con el pasado que cada espectador tuvo con respecto al amor. Habla sobre las mujeres y los hombres, pero dejando en claro el rol primate del hombre y lo sofisticado de la mujer. La vida misma.

Con un escenario que se limita a una mesa de un bar, un servilletero de Coca Cola y la habilidad y destreza de sus protagonistas para que el espacio parezca un bar, la obra resulta contundente. Así lo marca las carcajadas espontaneas y la risas constantes de la mayoría de los presentes.

Sobre el final, para darle una conclusión e a todo, entra en escena el hombre que cierra el círculo, momento brillante de Rodolfo Oreiro quien como Tessone, pone tensión, nerviosismo y absurdo al epílogo.

“La mesa de los galanes” cierra nuevamente con la cantante Natalia Coquibus, que vestida de gala, entona el último tango, mientras estos cuatro amigazos del cafetín, brindan por todo lo que no pudieron resolver en esa hora de amistad.


El jueves 22 de junio a las 21hs., en el Teatro Chacarerean, Nicaragua 5565, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Reservas: 4775-9010. Costo entrada: $200.
 

Por Axel Serrano.

jueves, 1 de junio de 2017

Crítica teatral: "Diamantes"

“Diamantes”, la obra creada, dirigida y protagonizada por Rudy Morales, es un interesante mix escénico, con sensuales bailarinas, una cantante de lujo como Marcela Wonder y Facundo Martínez, quien le pone identidad masculina a cada performance. 

La obra trata sobre un cabaret, donde cada una de las prostitutas, tiene una historia de vida para contar, llena de abuso, violencia, agresión y maltrato. Cada una de ellas, es condenada en vida por su presente o por su pasado. Y entre cuadro de baile y varieté, ellas desnudan sus almas. Tal vez la historia de una iniciática travesti, sea la menos chocante. El resto son baldazos de agua fría, entre música bien arriba y excitantes coreografías.

Provenientes de Rosario, Santa Fe, Rudy Morales y su grupo de artistas son una renovada brisa para la Avenida Corrientes. Un lujo de vestuario, el cual cambia constantemente. Para resaltar los cuadros de baile árabe y un apasionado tango que termina en tragedia. Otro punto para destacar es la sensualidad que destila su cuerpo de baile y lo estricto de los movimientos de su único bailarín Darío Maidana.

“Diamantes” habla sobre violencia de género de forma poco tradicional, enmarcado en un mundo de varieté, revista, jolgorio, sensualidad y deformidad. Historias tremendas de vida ficcionadas, que chocan con las lentejuelas y brillos que muestran en cada coreografía, hasta un paso de comedia con un stand Up de la artista JuaJua Juarez que causa risas, entre tanta angustia. Sus cantantes brillan con sus canciones, mientras el cierre es para Facundo Martinez, quien con la versión en castellano de Nessun Dorma, hace levantar al público con un fervoroso aplauso.

Por Cesc Castillo para Está en Buenos Aires.