Su plural elenco es homogéneo. Exacto para las dimensiones
del escenario que brinda el Losada, escaso para lo que quiere mostrar, pero
suficiente para movilizarnos. Pero nos cambia de foco. Y la luz ya no se posa
sobre lo que haga Julio Cesar, sino en sus mandatarios. Casio, Marco Antonio y
Bruto copan la parada, incluso por sobre el “popolo” (pueblo) y sobre sus
actrices. Un disminuido Julio César al principio nos intranquiliza, después
caemos en la cuenta que su versión es novedosa.
Ambición, poder, muerte y libertad es lo que nos propone en
letras rojas su programa. Y quien haya visto alguna vez la versión de William
Shakespeare, sabrá que de eso no se salva. Porque una cosa lleva a la otra y la
“Ambición”, hace llegar al “Poder” y eso puede generar una “Muerte” que haga en
el resto, sentir “Libertad”. Silguero esta ecuación la explota al máximo y cada
uno de sus diálogos refleja estos lineamientos. Terminó la guerra de Pompeyo, y
Julio César acapara la fuerza. A sus alrededores, Casio, Bruto y Marco Antonio hacen
su juego.
Como ya mencionamos, su elenco homogéneo hace que todos se
luzcan. Sin embargo en pequeña dosis, Diego Dinkel, que representa a Julio
César; da las asistencias perfectas para que el resto se destaque. A toda la
brutalidad expuesta por Federico Parrilla, Victor Della Corte, Leopoldo Oubiña
y Jesús Gomez, su director y adaptador pone a Leslie Saint Martin y Natalia
Sanchez. Y ahí nos tranquiliza. No vaya a ser que nos den ganas a nosotros de
saltar de la butaca y ayudar en la rebeldía.
“Julio César” cumple. Actuaciones orgánicas y letras rigurosas.
Una obra que demuestra disciplina por parte del elenco, autoridad por parte de
su director y arte en su conjunto. Muy recomendada, sobre todo para quienes
nunca vieron la versión con anterioridad.
Todos domingos a las
20hs., en el Teatro Losada, Av. Corrientes 1551, C.A.B.A., Argentina. Reservas:
4371-9098. Localidades $150 (Descuentos a estudiantes y jubilados: $100).
Por Axel Serrano.